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Las luces apenas iluminan las calles de un pequeño pueblo pirináico. De repente una serpiente luminosa empieza a extenderse peligrosamente hacia la población. El reptil se va alargando y encogiendo, avanzando lentamente por esta noche tan especial en que las brujas y los duendes salen por doquier de sus escondrijos para realizar sus hechizos.

Los niños miran la escena, medio atemorizados, medio intrigados, desde la plaza del pueblo. Finalmente los puntos de luz llegan al centro de la población. Por arte de magia, la serpiente desaparece y en su lugar hacen acto de presencia los jóvenes del pueblo con una falla a lomos de sus espaldas.

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Las llamas de las falles son visibles desde los pueblos

Una noche de San Juan más se repite pues el “corren les falles” una fiesta ancestral muy enraizada en los pueblos del Pirineo catalán y que no debe confundirse con la “plantà y cremà de falles” que tiene lugar por San José en la Comunidad Valenciana. Se trata de una antigua ceremonia de culto al sol para darle las gracias por las cosechas y por la llegada del buen tiempo. También es una tradición basada en la supervivencia del fuego purificador que es encendido en la cima de una montaña para limpiar los malos espíritus de cada rincón del pueblo.

Las falles son unos troncos resinosos de unos 2 metros de largo que los jóvenes de la población preparan meticulosamente. Se construyen con ramas de pino ligadas a un tronco de fresno, aunque también hay falles de una sola pieza.

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Llegada de los "fallers"- La hoguera purificadora

Los portadores de las falles se colocan en una montaña cercana desde donde se ve la población. Allí han plantado previamente el “faro” un pino que será encendido para que la falles prendan fuego y así se inicie el descenso nocturno en busca de la plaza del pueblo donde al llegar, los falleros serán recibidos cálidamente al son de la música tradicional y de las campanas de la iglesia. La bebida empieza a correr entre los asistentes y los falleros pueden así saciar un poco la sed y el calor que han tenido que soportar bajando el tronco en llamas.

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Música y baile alrededor de la hoguera