Rarezas maravillosos, palacios encantados, calles laberínticas, Venecia es una ciudad envuelta en una aura mágica que nunca acabas de conocer por completo. Esta es la segunda parte de un artículo que intenta acerdarnos un poco más a esta ciudad tan fuera de lo común.

La ciudad de Tarragona realiza un flash back para volver a ser la antigua Tarraco Imperial entre los días 18 y 31 del presente mes de mayo, en la que será la onceava edición del certamen de reconstrucción histórica “Tarraco Viva”.

Entre los objetivos del certamen destacan divulgar el conocimiento de la historia antigua y poner a disposición del gran publico herramientas de reflexión sobre el pasado histórico. Por esto, la divulgación histórica es el verdadero eje central de todas las jornadas por encima de otros objetivos. También se busca sensibilizar a los ciudadanos de Tarragona y a los visitantes, en la importancia de la conservación del Patrimonio Histórico y, evidentemente, crear un producto cultural de gran calidad para incentivar el turismo cultural relacionado con el Patrimonio Histórico.

El ron cubano ha tenido gran fama desde el siglo XVI en que se convirtió en un producto importante de las Antillas (Indias Occidentales) tras la introducción de la caña de azúcar en 1493 por Cristóbal Colón.

Este destilado aparece mencionado por primera vez en documentos hallados en Barbados en 1650 y atendía al nombre de "kill-devil",es decir "mata-diablo" o "rumbullion", palabra proveniente de Devonshire, Inglaterra, que significa "gran tumulto". Por estos nombres queda bien claro que ya en su inicio el ron era un potente brebage alcohólico. En 1667 ya se le empieza a conocer simplemente por "rum" pasando a ser ron en español (evidentemente, un nombre tan largo no era apropiado para un destilado de efecto tan potente y muchos caían al suelo antes de poder pedir una nueva ronda).

El actor y director norte-americano Sam Wanamaker viajó en 1949 a Londres en busca del Globe, el teatro donde se representaban las obras creadas por William Shakespeare. La decepción fue mayúscula ya que no quedaban restos de él. Por suerte era una persona tozuda y trabajó durante largo tiempo en pro de recuperar un teatro similar.

En el siglo XVI, en Londres, el teatro era seguido por gran cantidad de espectadores hasta tal punto que la iglesia se quejó que tenía más adeptos que las misas. Por esta razón presionaron a las autoridades para que prohibiesen las funciones intramuros. Lo que había de ser la muerte del teatro resultó un caldo de cultivo genial ya que los taberneros habilitaron sus patios y balcones para realizar representaciones y así fidelizar la clientela en beneficio del negocio.