Túnez un buen plan para Semana Santa |
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El país combina buenas temperaturas con una amplia oferta de turismo de relax, ocio y aventura. Túnez se caracteriza por ser un país que se puede visitar en cualquier época del año, pero en primavera la vegetación ofrece algunos paisajes espectaculares creando una estampa única en la que la luz y el color cobran protagonismo. Además, las buenas temperaturas para los meses de marzo y abril convierten al país magrebí en un destino estupendo para disfrutar de las vacaciones de Semana Santa. Por otro lado, los más urbanitas encontrarán en la capital el Museo Nacional del Bardo, único en el mundo por su extenso repertorio de obras que abarcan desde la Prehistoria de Túnez hasta los siglos XIX y XX. Sus colecciones púnicas y sus mosaicos romanos asombran a todos los visitantes, en especial a aquellos con debilidad por el arte y la historia. Otra visita imprescindible en la ciudad es su medina, Patrimonio Mundial de la UNESCO, cuya belleza invita a adentrarse en ella y observar la actividad de sus habitantes. A quince kilómetros de Túnez se localiza Sidi Bou Said, uno de los pueblos costeros más bellos del Mediterráneo, característico por el color azul y blanco de las fachadas, puertas y ventanas de sus casas. Esta localidad hechizó y atrajo a un gran número de escritores, pintores, músicos y otros artistas de todas partes del mundo. Sus acantilados, sus miradores, sus recónditos lugares llenos de encanto y sus pintorescos cafés crean una atmósfera única que hoy en día sigue cautivando a los turistas. Los turistas atraídos por la naturaleza, pueden disfrutar explorando alguno de sus 17 parques nacionales, 27 reservas naturales y 41 zonas húmedas de importancia internacional que se hallan en territorio tunecino. Además, la zona de Cap Bon y el Golfo de Gabés hacen las delicias de los interesados por la ornitología, ya que ambos son puntos de concentración de aves migratorias como flamencos o ánades. Si se busca aprovechar la Semana Santa para emprender una aventura, lo ideal es vivir una auténtica experiencia en el desierto del Sahara viajando en todoterreno o como un auténtico nómada, surcando las dunas a lomos de un dromedario, camello o caballo. Para ello, uno de los mejores puntos de salida es Tozeur, considerada la capital del desierto. La ciudad merece ser visitada por su medina, sus mezquitas y su gran palmeral, pero en sus alrededores se presentan paisajes impresionantes que han servido de escenario para numerosas películas como Star Wars, Indiana Jones o El Paciente Inglés. En el sur del país, otros atractivos ubicados fuera de Tozeur son sus oasis, como Chebika, Tamerza o Midès, con cascadas y pozas en las que darse un refrescante chapuzón. El inmenso lago salado de Chott el Jerid, con más de 100 kilómetros de extensión, es también uno de los lugares de obligada visita en la región de Douz. Para culminar la jornada en el desierto llena de paisajes emocionantes, se aconseja pasar la noche pernoctando en jaimas beduinas bajo un espectacular cielo estrellado. Los campamentos de Zmela o de Ksar Guilane son algunos de estos espacios ideales donde alojarse en medio del silencio y la paz que transmiten las dunas de arena. Información facilitada por Turismo de Túnez: Más información en www.turismodetunez.com. |
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