Burgos: Escapada Romántica |
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Su amplia red de alojamientos rurales, su excelsa gastronomía y la infinidad de opciones turísticas de la provincia suponen el plan perfecto para unos días en pareja Pozo Azul. Se trata de un manantial ubicado en el norte de la provincia, en Covanera. Es un pequeño paraíso en un escondido rincón de la frondosa naturaleza de Burgos, ya que surge como una pequeña cala de aguas cristalinas que, debido a la progresiva profundidad que gana según se aproxima a la roca, muestra diversos tonos azulados, dotando al lugar de ese aspecto tan idílico. Dos apuntes importantes a destacar: el agua está muy fría y es una joya para los espeleobuceadores, al tratarse de la cueva subacuática más larga de España. Frías. En la comarca de Las Merindades, sobre el cerro de La Muela, y cercana al ancho y caudaloso río Ebro, se alza estratégica desde la época romana conformando un enclave privilegiado para los sentidos. La preciosa Frías, que ostenta el honor de ser la ciudad más pequeña de España, forma la mancomunidad ‘Raíces de Castilla’ junto a los municipios de Oña y Poza de la Sal, un conjunto histórico-artístico digno de visitar y admirar. Pedrosa de Tobalina. Considerada una de las siete maravillas de la provincia de Burgos, su cascada (El Peñón) esconde varios rincones mágicos debido a sus cerca de 100 metros de longitud y 12 de altura. Este espacio natural es visitado, durante todo el año, por cientos de viajeros, aunque en los meses con temperaturas más bajas, las aguas de esta cola de caballo cobran vida y belleza. Por ello, el mes de febrero brinda una magnífica oportunidad para entregarse al relax y admirar su preciosa estampa en pareja. El Triángulo del Arlanza. Covarrubias, Lerma y Santo Domingo de Silos cuentan con el denominador común de estar bañadas por el Arlanza. Dispares entre sí, y sin necesidad de presentación, comparten el encanto indiscutible de sus monumentos, gastronomía e idiosincrasia. Una opción perfecta para descubrir una comarca vertebrada por el río que la da nombre y regada por el vino que materializa la riqueza de la tierra. La despensa burgalesa. De todos es conocida la gastronomía burgalesa; una oferta variopinta y con identidad propia, que en ningún caso dejará impasible al viajero. Su olla podrida, perfecta para los días de frío, su indiscutible morcilla, el lechazo asado en horno de leña, sus quesos elaborados con mimo, las lechugas de la tierra de Medina y sus vinos de la D.O. Arlanza y la D.O. Riberas sobrepasarán cualquier expectativa culinaria; más aún si se disfrutan en pareja. Información facilitada por Turismo de Burgos: www.turismoburgos.org |
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