Tradiciones peruanas para dar gracias a la Pachamama


Lunes, 05 Septiembre de 2016 a las 22:44:01

Publicado por Oficinas-Turismo

Recorremos los Andes peruanos en búsqueda de las principales tradiciones que rinden culto a la Madre Tierra. La religión del mundo andino parte de ritos ancestrales que vinculan al hombre con su hábitat, en una relación de respeto, temor y adoración. Además de al dios Sol, uno de los dioses más importantes, y a los Apus, espíritus que habitan en las montañas, la cosmovisión andina rinde culto a la Madre Tierra o Pachamama, la diosa de la fertilidad.

Tradiciones peruanas para dar gracias a la Pachamama


El pago a la tierra, rito que se practica con frecuencia en los Andes peruanos, se realiza el primer día de agosto y se prolonga durante todo el mes. Los campesinos afirman que en esta época la Pachamama está sedienta y hambrienta, y es necesario satisfacerla y nutrirla con los mejores alimentos para darle fuerza y energía. Las ofrendas que se realizan a esta última incluyen hojas de coca (mediadoras entre la naturaleza y lo humano), semillas de cereales, plata no trabajada, sullus (fetos de llamas u ovejas), chicha, vino, grasa de animales, dulces y huairuros (semillas rojinegras con poderes simbólicos y mágicos).

Lambayeque
El norte de Perú se caracteriza por la riqueza de sus suelos y por tener productos agrícolas en abundancia. En Lambayeque los peruanos siempre han sido muy agradecidos con la naturaleza, a quien le ofrecen, para que el espíritu de sus ancestros convenza a la tierra de seguir obsequiando su fertilidad, coca, aguardiente y diferentes víveres. La ceremonia la dirige el chamán o pago, un individuo al que se le atribuyen poderes sobrenaturales y comunicación con el mundo de los espíritus que le permiten invocar a sus ancestros, a los apus y deidades de las montañas para que la Madre Tierra no deje de producir sus frutos.

Huaraz
El pago a la tierra en Huaraz se realiza en campo abierto, en las zonas más altas de la región, en un ambiente de paz con una atmósfera cargada de energía. La mayoría de los chamanes locales se concentran alrededor de la cordillera Blanca, pero también los hay en otras zonas, como por ejemplo en Huascarán, Huandoy y Chopilcalqui.

En Sechín, al oeste de Huaraz, los chamanes ascienden hasta las cordilleras y entregan un sacrifio en las lagunas que se forman a los pies de los nevados, o en las zonas más agitadas del mar, en donde se clama para que las lluvias bañen los cultivos.



Cusco
En la ciudad imperial el viajero puede asistir y participar en la ceremonia del Ayahuasca (planta tradicional que los antiguos peruanos empleaban para ampliar sus niveles de conciencia y conseguir una armonía interna), un ritual de sanación que se realiza siempre con la ayuda de un guía espiritual o chamán.

Para ampliar los niveles de conciencia y conseguir una armonía interna, el participante ingiere un brebaje que le hace experimentar visiones y explorar su vida en interrelación con el cosmos, el universo y la tierra. La bebida tiene un efecto de aproximadamente tres horas, y después provoca un sentimiento de cansancio que obliga a quien la toma a reposar hasta el día siguiente. Los servicios de tour esotéricos se realizan durante la noche. Dada la naturaleza del rito es necesario rellenar previamente una ficha médica.

Puno
En el Altiplano la ceremonia de ofrenda a la Pachamama tiene lugar mediante un ritual que los sacedortes andinos o pacos llevan celebrando desde tiempos inmemorables. Durante la ceremonia, se levantan las manos saludando a los Apus (dioses de las montañas a los que se les atribuye influencia directa sobre los ciclos vitales de la región) y se elevan plegarias a las montañas en dirección a los cuatro puntos cardinales.

En la isla Amantaní, en los centros ceremoniales de Pachatata y Pachamama, las comunidades andinas dirigen su mirada hacia los Apus y acompañan la ceremonia con el sonido de pinquillos y tambores. La celebración, la más ferviente escenificación de la religión andina, rinde tributo a la fecundidad de la generosa Madre Tierra en un acto de gratitud.

En todas estas ceremonias se utiliza la hoja de coca, una planta sagrada ancestral dotada de poderes curativos, como mediadora entre el mundo interior representado por los Apus tutelares y la Pachamama y el mundo externo constituido por el hombre.


Información facilitada por Turismo de Perú: www.peru.travel

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